viernes, 7 de diciembre de 2012

Realidad


Esbozar  una sonrisa fingida y no dejar ver lo que se esconde detrás,
solo un momento para caer, no es necesario más.
Reconciliarse con el tiempo y su maldita relatividad.
Cuando estás bien vuela y cuando  algo va mal, parece no pasar.
Hoy no creo en el amor, mañana puede que algo me haga recaer.
Lo que se es que por el momento vivo a base de recuerdos de un lejano ayer.
Un pasado que solo vuelve para torturarme, para recordar todo lo que no supe ganarme,
todo los que mis miedos me hicieron perder.
Una era llena de glaciares sentimentales que parece que no dejan de crecer.
Donde los besos sentidos y te quiero sinceros están en peligro de extinción,
donde es difícil encontrar alimento para el corazón.
Una tienda de tiernos abrazos y cálidas caricias es lo que va a cotizar.
Y no los cuentos baratos de los aduladores que saben cómo engañar.
Tal vez la persona correcta en el momento equivocado,
o la debilidad ante quien no tiene que ser pero que llega en el momento más necesitado.
Nadie por quien escribir versos ni nada que de sentido a las letras de las canciones.
Solo un cúmulo de momentos regalados sin sentimiento, en un mundo en donde hasta por eso hay que pagar.
Noches compartidas por almas ansiosas por escapar de la oscura soledad.
Ilusiones que se rompen con cada intento fallido de convertir los sueños en realidad.
Lágrimas que crean grandes charcos que luego nadie nos ayuda a saltar.
Pactos con el tiempo que se deshacen antes de llegar.
Corazones protegidos por murallas casi imposibles de derribar.
No hay lugar para los soñadores, es hora de aceptar la realidad.

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