domingo, 14 de enero de 2018

Amor propio

Y, como les ocurre a los árboles en primavera, que vuelven a florecer; ella descubrió que podía hacer lo mismo, que podía renacer tras sentirse morir en vida.
Como hace un ave fénix que vuelve a nacer a partir de sus propias cenizas.
Que, al igual que el sol aparece cada mañana tras desparecer para dejar paso a la noche, podía volver a iluminar su propia vida. A brillar con luz propia en medio de la oscuridad y sonreír a pesar de los obstáculos que se encontraba en el camino.
Se dio cuenta de que podía volver a ser feliz y a aprovechar mejor cada minuto de cada día.
Si utilizaba con inteligencia la mejor herramienta a su alcance, esa que yace en nuestro interior muchas veces profundamente escondida. 
Solo ella tenía la clave para recuperarse así misma, para encontrar su esencia, para dejar de sentirse perdida.
El AMOR PROPIO. Ese que da sentido a la existencia, que nos impulsa para alcanzar nuestros sueños y que nos permite recuperar la alegría...
de vivir.