sábado, 15 de diciembre de 2012

Algún día llegará


Llegará el día en que vengas para quedarte. Quiero creer que así será. No sé si vendrás con ganas de permanecer junto a mi o tan solo tomar un rápido café. Eso da igual. Lo importante es que querrás más. Puede que no me des las razones o, que ni si quiera tú mismo las sepas. ¿Qué más da si el caso es que te quedas? No sé cómo entrarás, como será el primer momento, el primero de muchos más. Tampoco sé si vendrás con el reflejo del sol en tu piel en una tarde calurosa de verano o si será bajo las estrellas, o en medio de la fría neblina invernal. No me importa la verdad. Un sitio aburrido, o por el contrario, en medio de la diversión. No me imagino el aspecto que tendrás ni por dónde aparecerás. Si entrarás en medio de la alegría aumentándola o, será un momento delicado que mejorarás. Me pregunto si será poco a poco o, al revés, algo como un rayo, algo veloz. Ignoro si lo veré venir o me pillará completamente por sorpresa. No sé si todavía tardarás o estás a la vuelta de la esquina. Desconozco los detalles por completo. Pero, cuando te vea venir, no habrá dudas de que eres tú. De que serás capaz de derribar las murallas que se fortalecen cada día. De que llegarás a lo más hondo de mi corazón. Algo me dice que sabrás cómo hacerme sonreír de nuevo, que conseguirás que crea de nuevo en el amor. Que harás de lo imposible lo posible y construirás un futuro para los dos. Que aparecerás de la nada sin más equipaje que las ganas de estar solos tú y yo. El deseo dice que no decaigan las ganas y la esperanza dice un "espera,seguro que se  esconde algo detrás de tanta decepción". Asique, donde quiera que te encuentres ahora, sea lo que sea que estés haciendo, no te preocupes. Aquí te espero, querido extraño, a que se pinte la ocasión.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Dos copas


Llena dos copas de vino y ven conmigo a bailar. Hasta que nos duelan los pies, hasta que se acabe la música del aire, hasta que no podamos más.
Enciende dos velas que nos guíen por la oscuridad, agarra mi mano y llévame a donde nadie nos pueda encontrar. A nuestro mundo particular.
Deja que la luna nos encuentre y refleje nuestras sombras jugando en la pared. Con los ojos cerrados, enséñame a volar sin movernos, hasta las estrellas. Y no me dejes caer.
En silencio compartamos nuestros secretos más profundos a través de cómplices miradas que nadie más sería capaz de entender. En un lenguaje secreto que nadie pueda descifrar, susúrrame un para siempre que nada pueda romper.
Recorramos el mapamundi del otro sin más equipaje que sinceros sentimientos viajando por la piel.
No compongas versos, no malgastes el aliento en palabras. Mejor lléname de besos y  asegúrame con la mirada que todo irá bien.
Abandonemos la razón y dejemos paso a la magia que perfila los sueños y brota del corazón. Olvidémonos un rato del reloj y sellemos cada segundo para hacer que este dulce momento pase a la eternidad.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Realidad


Esbozar  una sonrisa fingida y no dejar ver lo que se esconde detrás,
solo un momento para caer, no es necesario más.
Reconciliarse con el tiempo y su maldita relatividad.
Cuando estás bien vuela y cuando  algo va mal, parece no pasar.
Hoy no creo en el amor, mañana puede que algo me haga recaer.
Lo que se es que por el momento vivo a base de recuerdos de un lejano ayer.
Un pasado que solo vuelve para torturarme, para recordar todo lo que no supe ganarme,
todo los que mis miedos me hicieron perder.
Una era llena de glaciares sentimentales que parece que no dejan de crecer.
Donde los besos sentidos y te quiero sinceros están en peligro de extinción,
donde es difícil encontrar alimento para el corazón.
Una tienda de tiernos abrazos y cálidas caricias es lo que va a cotizar.
Y no los cuentos baratos de los aduladores que saben cómo engañar.
Tal vez la persona correcta en el momento equivocado,
o la debilidad ante quien no tiene que ser pero que llega en el momento más necesitado.
Nadie por quien escribir versos ni nada que de sentido a las letras de las canciones.
Solo un cúmulo de momentos regalados sin sentimiento, en un mundo en donde hasta por eso hay que pagar.
Noches compartidas por almas ansiosas por escapar de la oscura soledad.
Ilusiones que se rompen con cada intento fallido de convertir los sueños en realidad.
Lágrimas que crean grandes charcos que luego nadie nos ayuda a saltar.
Pactos con el tiempo que se deshacen antes de llegar.
Corazones protegidos por murallas casi imposibles de derribar.
No hay lugar para los soñadores, es hora de aceptar la realidad.