miércoles, 12 de octubre de 2016

Caleidoscopios humanos


¿Sabéis cómo funcionan esos juguetes que son un tubito con varios espejos y dentro tienen fragmentos de cristal de colores que se reflejan y hacen formas? Caleidoscopios los llaman.
Pues a mi, me gusta pensar que cada uno somos un caleidoscopio andante. Imaginar que cada vez que algo nos rompe el corazón, la ilusión, cada herida que se forma en nuestro interior y cada suceso que nos hace añicos, se queda ahí dentro de nosotros.
Pero, puede que tengan su función. Nos empeñamos en que eso es algo malo y feo. Siempre es doloroso romperse de cualquier forma. Pero, ¿ y si todos esos fragmentos, cada uno de un color y un tamaño, crearan bonitas figuras? Si cada vez que caes, te levantas. Con cada fallo, aprendes una lección y a cada trocito roto les das su tiempo y su hueco, puede que crees una buena combinación. Y, al reflejarse en uno mismo, se dibujen diferentes combinaciones de formas y colores.
Creo que si nos parásemos a ver el interior de las personas, veríamos diferentes espectáculos de luz reflejados en su interior. Cada vez diferentes según las situaciones y los momentos. Como ocurre con un caleidoscopio cuando lo mueves para formar otra figura.
Pero, siempre, algo bonito y digno de admiración.

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